sábado, 13 de agosto de 2011

“La eternidad… es solo una opción”

Prólogo


Miré por ultima vez mi pieza al cerrar la maleta, mi madre estaba preocupada por mi futuro, pero no quería hacerla pasar por todo esto. Yo me iría a vivir con Tyler, mi padre, eso no importaba mucho, ella se quedaría con Mathias, así que no se quedaría sola.
Mi madre iría por el mes, después volvería a Jacksonville. Me preguntó si estaba tomando una decisión correcta, pero nunca se negó, siempre pensó que yo era muy madura para mi edad, incluso más que ella. Quizás tenía razón, su espíritu de adolescente era completamente diferente al mío… quizás vine para cuidarla.
Me reí sola mientras bajaba las escaleras, mi hermano Mathias me miró extrañado y abrió la puerta con una mochila en la espalda.
-Supongo que no me debería de extrañar –sonrió con el ceño fruncido-, que te rías sola, en estos momentos.
-No –asentí-, supongo que no.
-Hmm… -pensó durante unos segundos, miró hacia el auto que estaba estacionado afuera de nuestra casa y luego me observó durante unos segundos-. ¿Por qué quieres quedarte?
Las comisuras de sus labios bajaron, suspiré y bajé el ultimó escalón.
-No lo sé –me mordí el labio-. Supongo que ya es hora de irme con Tyler…
-Eso es lo que me preocupa –frunció el ceño-. ¿Tuviste problemas con mamá?
-No, claro que no –hice un movimiento con mi mano para guiarlo hacia la puerta-. Solo que siento que ya no me necesita, ella tiene que rehacer su vida… y conmigo no sirve de mucha ayuda.
-¿Ý tú crees que conmigo si?
-La verdad, no lo creo –sonreí-. Pero Tyler ha estado solo mucho tiempo, creo que eso le hará mal.
-¿Solo te vas por él? –preguntó confundido.
-No, también para que mamá esté libre de mis preocupaciones.
Mathias rió entre dientes.
Coloqué las maletas en el auto y me subí con impaciencia, subió a mi lado y mi madre estuvo en el asiento del copiloto.
Miré el paisaje soleado mientras avanzábamos a gran velocidad, atrás habría quedado mi casa, mi vida, todo se quedaría acá desde que yo habría decidido abandonarlas y comenzar un nuevo rumbo, junto a mi padre.
Él y mi madre se separaron cuando Mathias y yo solo éramos unos niños. Mi madre siempre hablaba de él como una persona a la cual le gustaba estar sola y era preocupado por su trabajo, y tenía razón. Iba todos los veranos desde que era pequeña, pero este ultimo año no le he visto, y supongo que la soledad le puede estar afectando, me preguntaba si, un hombre como Tyler, pudo haber sobrevivido tanto tiempo solo, sin la compañía de alguien que pueda manejar una casa.
-Ya llegamos al aeropuerto, señora –le oí decir al chofer del coche, ella sonrió y luego nos miró indicandonos a que bajaramos, fui la primera en salir del auto.
Miré de vuelta a la carretera, el sol iluminando con cada detalle cada roca, cada auto, parecía como si este mismo se estuviera despidiendo de mi, hize una mueca, debía de acostumbrarme a estar en Forks, allá no sería lo mismo, sería como estar en un lugar en el que el sol, sería el ultimo en llegar.
-¿Te estas arrepintiendo? –Mathias me susurró a mis espaldas, me voltié, ví su cara sonriente y miré hacia mamá, que estaba caminando hacia nosotros.
-No sucederá –negué con la cabeza.
-Avísame si ocurre.
-Vale.
La gente al alrededor comía, se hablaban entre ellos, algunos corrían a tomar sus vuelos y otros esperaban casi dormidos en los asientos, los observé como si esto fuera una especie de sueño, del cual ya nunca iba a despertar, Forks, me esperaba, el frío me rodearía, la nieve, la lluvia.
Me estremecí, mis ojos se enfocaron en el pelo claro de Mathias mientras se sentaba en uno de los asientos.
Me senté junto a él, mi madre iba a pagar los pasajes.
-Estas rara –se quejó-. Te noto extraña…¿Estás bien?
-Perfectamente.
-Húm –suspiro-. Creo que tendre que acostumbrarme a verte así.
-Por favor –reí-. Estoy bien.
-Supongo.
Mi madre volvió luego de unos minutos, Mathias me observaba ya hace un buen rato, no me inquietó, le ignoré mientras miraba hacia la ventana, como los autos del exterior avanzaban y se alejaban a la distancia, escuché mi nombre y me volteé, los ojos claros de mi madre se encontraron junto a los míos.
-¿Ocurre algo Alice? –mi madre me miró curiosa, noté en su mirada la tristeza que le daba que me fuera de casa.
-Hmm, no ocurre nada –sonreí.
-¿Estás segura de quedarte allá?
-Si, mamá.
Suspiró mientras se sentó en el asiento de enfrente, volví a mirar hacia las ventanas, nada interesante.
Escuchamos anunciar nuestro vuelo, recorrí con la vista a todas las personas y me detuve en la mirada sigilosa de Mathias, sonreí, parándome de mi asiento y me dirigí hacia nuestro avión, mi madre iba más adelante caminando, Mathias me fue siguiendo y yo iba mirando cada detalle, de lo que sería, mi último día de sol.



Espero que les haya gustado (: Acepto comentarios, críticas y sugerencias :D 
Javy' Pattz

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